1. Farolas vivientes
La pequeña ciudad francesa de Rambouillet ha puesto en marcha un experimento con el alumbrado público. El ayuntamiento ha firmado un contrato con Glowee, una empresa que fabrica farolas basadas en el proceso de la bioluminiscencia. Su principio se basa en la capacidad de la bacteria marina Aliivibrio fischeri de emitir un suave resplandor turquesa. Pero este superpoder sólo se activa en su hábitat natural. Para reproducirlo, los microorganismos se colocan en tubos de cristal con agua salada, en los que se introducen alimentos y aire fresco. Cuando se apaga la luz, se corta el suministro de oxígeno: las bacterias entran en estado anaeróbico y se interrumpe la bioluminiscencia.
La dirección de Rambouillet ha invertido 100.000 euros en el proyecto. Si el experimento tiene éxito, podría suponer una transformación en la electrificación de los espacios públicos de toda Francia.
2. aerotaxis
Parece que los habitantes de Dubai están dispuestos a cambiar los agobiantes atascos de tráfico por volar con el viento. En febrero, el jeque Mohammed Ibn Rashid Al Maktoum -emir de la ciudad y primer ministro de los EAU- escribió en su Twitter que el Gobierno «ha aprobado el diseño de estaciones de taxis voladores que empezarán a funcionar en la ciudad dentro de 3 años». Está previsto equipar tales emplazamientos en lugares concurridos: cerca del aeropuerto, en las islas Palm Jumeirah y no lejos del barrio de rascacielos «Dubai Marina».
El prototipo se montó en la empresa de aviación estadounidense Joby Aviation. Exteriormente, se parece a un avión en miniatura con seis hélices, gracias a las cuales el aerotaxi despega y aterriza siguiendo el principio de un helicóptero: en vertical. Este aparato puede alcanzar una velocidad de hasta 320 km/h y recorrer unos 240 kilómetros sin recargar.
3. «Casas «voladoras
En Japón han inventado una vivienda que no teme a los terremotos. Los ingenieros de la empresa Air Danshin han diseñado un sistema de protección sísmica activa para casas particulares. El principio de su funcionamiento es sencillo: en las primeras sacudidas, el edificio se separa de sus cimientos con ayuda de una cámara de aire deslizante y se eleva 2-3 cm por encima del suelo. Así se reduce la presión sobre los cimientos y se evita el derrumbe de los muros. Cuando los sensores se dan cuenta de que las sacudidas han cesado, la casa desciende hasta su lugar.
El éxito japonés en la construcción de edificios antisísmicos se debe a la necesidad. Las islas están situadas en el contacto de dos placas tectónicas, por lo que los terremotos no son raros aquí. Ahora ya se han construido unas 100 casas «voladoras» en el país.
4. Policías robóticos
No, todavía no estamos hablando de Robocop. Sin embargo, estas tecnologías ya existen. Por ejemplo, en el arsenal de los policías estadounidenses hay una pistola que, durante la persecución de un delincuente, puede dispararle «balas» con navegadores GPS. Y el perro robot de Boston Dynamics se utilizará en Nueva York en situaciones peligrosas para los humanos, como la toma de rehenes. En Corea del Sur, dispositivos similares saldrán a la calle en los próximos 30 años. Y China planea introducir patrullas con inteligencia artificial en la mayoría de sus ciudades para 2025. Por cierto, el primer robot del mundo aceptado para prestar servicio en las fuerzas del orden fue de fabricación rusa. Tuvo lugar en 2017 en Dubái. Está equipado con una cámara que transmite imágenes en tiempo real a la comisaría y es capaz de identificar a sospechosos buscados.
A pesar de los ambiciosos planes de los defensores de los policías robóticos, la polémica en torno a la ética de este tipo de medidas no remite. Por ejemplo, los opositores están seguros de que la discriminación racial no desaparecerá. El software con el que se entrenan las máquinas no reconoce bien a las personas de piel oscura, lo que significa que se les identificará más a menudo como delincuentes. Y también está la cuestión abierta del uso de la fuerza. Digamos que los robots pueden rociar gas o dispersar multitudes con balas de goma durante las protestas cuando no sea necesario.